Mensajes desde las entrañas para el corazón

Convertiré los pensamientos en palabras para compartir con todos los que quieran leer, y espero que también ustedes lo hagan conmigo.

sábado, 26 de febrero de 2011

la rosa de rojos cabellos

pedí al cielo una flor y sangré por ello,
piedad rogué por mi vida y sufrí sin freno,
si no fuese por la rosa que me reanima cuando sus rojos pétalos me cubren
si no fuese por el cielo que su manto me turbe,
dime alma cuantos años debo sufrir, dime cuantas lágrimas debo llorar,
dime si por tí debo rogar o si a mí sola vendrás,
no se si te merezco o si me quieres,
no se si soy digno de tus quereres,
mas en mi sufrir que es silencioso, existen mil pesares mil sollozos,
dime corazón si aquella rosa, es tan dura y cruel como pretendo,
dime si en sus labias la vida goza, dime si me cobija en su resuello,
no se si por mi alma lagrimosa, ñla vida vale siquiera un desconcierto,
dime si por su alma primorosa late siquiera un recuerdo,
no se si me quiere o si me ama, rosa roja de suaves pétalos,
espinas son las llagas que me matan,
antes de alcanzar sus besos,
suave quise que fuese el destino,
duro sin embargo fue el camino,
rojos son los cabellos de la muerte, rojos los colores del vino,
me embrigan en placeres, me enloquecen,
no quise beberlos sin saber,
si oscuro es mi proceder, aún lo estoy descubriendo,
 dime rosa de rojos pétalos, cuanto debo amar hasta saberlo,
la amistad vale más que aquello, la amistad vale más que aquello,
dime dulce rosa de espinas atiborrada, dime cuantas marcas en mi dejaras,
dime si duele en ti vivir, dime si por ti he de morir.

viernes, 25 de febrero de 2011

un trozo de mi libro La Máscara de Oro

estracto del segundo capítulo, El Ángel Guardián



15 diciembre
                        He tenido que despedir a mi ayudante, a pesar de los muchos años que hemos compartido en esta investigación no puedo echarlo todo a perder por sus ambiciones y extraños delirios que últimamente lo han acechado, no me explico muy bien a qué viene todo esto, solo se que de un día para otro comenzó a hablar de hacer despertar el gen, cosa extraña por que a pesar de todo lo que hemos trabajado juntos jamás habíamos planeado despertar el gen de forma forzada.
                        A pesar de la pena que me embarga aún, he decidido tomar más en serio esto de despertar el gen de forma forzada pero creo que sólo me he encontrado con mis límites, me da mucha pena admitir que aquel que fuera mi ayudante por todos estos años ha logrado seguir avanzando en su proceso de entendimiento mientras yo he quedado atrás, la única alegría que tengo ahora es saber que mi hija está bien, aunque no por mucho. Recién ahora comienzo a entender las implicaciones de mi experimento, todos estos años he usado el Consejo y ellos me han usado a mi para llevar a cabo macabros experimentos, de los cuales yo he sido el mayor autor, sin embargo poniendo como excusa el hecho de sanar a mi hija, en mi desquiciado frenesí y ambición sólo la utilicé como parte de mi experimento.
                        Maldigo el día en que me embarqué en el mundo de la ciencia, las pesadillas no me abandonan en ninguna de las noches que he tenido a través de los años, al contrario, sólo se han acrecentado y vuelto cada vez más horrorosas, he traído destrucción al mundo, lo se, lo veo cada noche en mis pesadillas que ahora comienzan a parecer realidad y creo sin duda alguna, hoy cuando mi vida se me escapa, se que no han sido más que premoniciones, aquel dios en el que nunca quise creer me dio estas premoniciones para alejarme de lo que estaba creando, pero lo entendí hasta hoy en que la soledad me ha cegado para siempre. Mientras veo a mi hija jugar frente a mis ojos no puedo más que maldecir su destino, a su padre que lo único que le ha dado ha sido dolor, al Consejo que lo único que ha hecho es  incentivarme en esta mi atroz maldad, y a Andrién, cuando recién comienzo a entender por qué fue que una mujer tan hermosa se fijó en mi, sin duda no fueron azares del destino, al contrario, ante mis ojos ahora todo parece ser la trama de un malvado plan, de un diabólico plan urdido por esta mujer y por el Consejo para hundirme en la desolación de mis propios experimentos, siendo que los había rechazado un año antes de conocerla, ella llegó a mi cuando los había olvidado y los hizo renacer, me dio una hija paralítica cuya única salvación era que yo prosiguiera con mis experimentos.
                        Con todo esto que escribo no pretendo borrar culpa alguna de los anales de mi existencia, ni siquiera pretendo que Dios me escuche y me perdone, sólo quiero que cuando llegado el día, y porque ahora ya no creo en el azar, a las manos de mi hija llegará esta carta y ella podrá quizás comprender tantos años de silencio que inundó nuestra relación, sólo puedo pedir perdón, aunque mi perdón no te va a salvar de lo que sucederá, pareciera que hubiese sido ayer cuando eras sólo una pequeña y te cargaba sobre mis hombros, mientras espero a mis perseguidores sólo puedo pensar en ti y en todo el daño que te hice y te seguiré haciendo aun cuando haya partido, no fui un buen padre y no creo que exista alguno, sólo espero que tu madre, aquella que me metiera en tantos problemas pueda protegerte, están aquí, y mientras escucho sus pisadas hundiéndose sobre los tablones de la casa la premonición vuelve a mí como un fantasma, no se si enfrentar mi destino con resolución por alguna vez en mi vida, o esconderme tras mi investigación como lo he hecho hasta ahora, Querido Señor, no permitas que mi muerte sea dolorosa, sabes que todo lo que he hecho fue por amor, muéveme Señor sólo el amor, escribiré cada línea aunque mis perseguidores estén a mi espalda riéndose y farfullando la forma en que me den el golpe final, sólo se que te amo hija mía, y este gesto de valor Dios lo tendrá en cuenta, aquel Dios que siempre estuvo ahí aunque nunca creí, ni le vi,
            Amado Señor perdóname por no haber creído en ti todos estos años que estuviste frente a mis ojos, ciego soy, pero también te agradezco por haberme dado la posibilidad de conocerte antes de que mi vida llegara a su fin…

jueves, 24 de febrero de 2011

Versos para Amanda parte V

He aquí que te ha olvidado,
¿Dónde podrás pernoctar?,
no sabe como eres, no conoce tu sentir,
¿no ve acaso tu doler?
¿cómo podrás proceder?
no te conoce, no te espera,
lo sabes, la conoces
en el roce de sus labios, en su risa timadora,
¿dónde pondrás tu corazón?
oh, tanto dura y cruel
puede ser la búsqueda,
ruega por que halle lo que es mío,
porque ves que no lo he hallado ya,
pon en mí tus labios,
¿no ves que el desearlos me sostiene?,
y el roce de tus manos me reanima,
aún sabiendo que mi alma ya se agota,
oh mi cuerpo que te miente,
mientras mi alma se resiente,
oh dulzura, oh calor,
¿No ves que te amo y soporto este dolor?,
si no me sabes, que te amo,
ruego sepas que te olvido,
que amarte más me duele,
y el corazón que tu indiferencia muele,
ya no duerme sin tu abrigo,
si te digo lo que siento,
presto así te perderé,
por eso no se si callar será mejor,
o atreverme a proceder,
el desirte será mi obrar,
pues que el que mucha arriesga mucho puede ganar.
No se si mi suerte forzar,
pues que si mucho estiro
el elástico puedo cortar,
oh, que torpe he sido,
y es que por haberos creído,
y sin leer entre líneas,
tomé a mal vuestros decires,
no sabiendo que llamando,
a mí tus labios recitando, estaban un embrujo de amor.

---------------
remate

si no sabes que te amo,
ruego sepas que te olvido,
aunque por cierto no queriendo,
mi mente te va borrando,
aunque por eso vaya muriendo,
si no puedo a vos tener,
la muerte me va alcanzando,
sin tu sonriza que reanima,
de tu recuerdo me voy lavando,
aunque por ello vacío quede,
ruego a Dios me mate pues que él puede,
que yo sin ti estoy bagando,
y el tormento me va alcanzando.

Versos para Amanda Parte IV

He sido tan tonto, sigo pensando en vos,
y tú, perdida en la nebulosa de mis recuerdos,
oscura y amorfa, tenebrosa en la noche,
por vos tantas veces escribí tantos versos tristes,
que fueron el rocío de mi alma, el agua que calmaba mi sed.
---------
Oh, pero que tonto he sido, me dejé vencer,
me dejé vencer por mi mismo, y tú?,
ahí estás sentada, ajena,
distante como las estrellas distantes,
como el amor distante,
y sin embargo forjaste en mi un carrusel plateado de ilusiones,
unas hojas de otoño fueron mi vida para tí,
aquí gritan en tono sepia su dolor,
y vos las pisas indiferente,
oh, mi herido corazón, ¡dónde te irás ahora?,
¿Dónde recostarás la cabeza?
ahí, ahí donde pusiste la mirada, en la eternidad del firmamento,
en la inmensidad de su voz,
en sus ojos profundos e insinuantes,
en su cuerpo torneado,
esculpido en la efluvia del silencio,
tapizado con matices del cielo,
ahí, ahí descansarás sin que lo sepa,
ahí reposar´pas hasta morir,
dejando con cada suspiro una grieta, por donde entrará la muerte, y bien,
como la lluvia y el musgo,
como la muerte desoladora,
tu recuerdo será apagado,
Cuando en su pelo se apague el amor que dejé,
ahí habitaré tus labios, que ya trizados se quebraran,
y con cada trozo construiré mi vida,
una vida nueva, donde tú seas mía,
donde tú llores por mí y yo sea tu mármol,
pero uno eterno e indestructible,
para que sea lo que tu quieres,
como ahora soy lo que no deseas,
yo seré para vos un futuro inmutable, y tu mi alforja repleta,
yo seré tu sangre, tu aire,
y así como ahora no existo, existiré,
y ahora como me miras muriendo, tu me mirarás igual,
y te tomaré en mis brazos,
y serás mi ilusión, mi vida, mi todo, lo que me faltaba,
pero como no es aquí ni ahora,
despertaré, y tu dices no estar lista para esto,
no me sabes, ni te sé,
lloro, lloré, mar de mares derramé,
y ahora incendio, ¡incendio!,
porque desperté para cosechar,
y serás parte de la cosecha,
parte de este susurro de mar,
oh, mi corazón, dónde te recostarás,
si ella no te mira, Dónde mi amado dormirás?

Versos para Amanda Parte III

¿Acaso no ves que muero?
tiende tu mano a salvarme,
oh mi ángel celestial,
no abandones pues mi ruego,
que no por ser yo tan bajo,
no merezco pués tu abrigo.
------------
Oh Artemisa dónde tu arco,
que no ha salido flecha a este bribón,
¿No ves que te he buscado?
como la presa a un cazador,
pon la flecha al corazón,
aunque presto sea que muera,
cumple pronto este favor,
no hagas larga ya mi espera,
ni tampoco mi dolor.
-----------------------
¿No te ves como te miro?
como un ciervo que clama,
como un cielo que llora,
como la estela de Paris,
sin su amor, sin su dama.
------------------------
Oh Atenea de mi vida,
soy tu Ulises que vaga,
sin ayuda y atormentado
ante un mundo sin tu amor,
ven a mí y se mi auxilio,
ven y calma mi dolor.
-----------------------
¿Qué te cuesta eliminarme?
antes que te ame ciegamente,
sólo un tiro como aquellos
que de seguro ya has lanzado,
a un tramposo, un timador,
así pues tómame por bandido,
por traidor y usurpador,
y pon fín a mi dolor.
---------------------
Que si no eres nada en mi vida,
tampoco seas mi dolor,
¿No ves cómo te veo?
vuelca pues mi corazón,
si no quieres ya tan grande amor.
------------------------
Se mi verdugo pues que lo pido,
quita mi aliento ahora que puedes,
que el dolor ya no lo aguanto,
¿No ves que mi corazón se muere?,
que tu flecha sea un beso,
que me mate en un segundo,
presto que muera de uno de ellos,
presto que sane en un segundo
para recibir otro luego,
que mate, que elimine,
sin poder mi amor borrar,
solo a este acrecentar,
aunque luego tu te marches
y grande sea mi llorar.

versos para Amanda parte II

¿Cuánto amor más te debo?
me enseñaste más de mi
que toda la vida misma,
y he aquí en mis versos,
un recuerdo de tus labios,
tu cintura, tu hermosura,
tus ojos estrellados, tus labios carmesí,
tu intrigante palabra,
incidiosa y aguda, pasiente y malvada,

¿Cuánto amor más te debo?
todo lo que dí está en tí,
mi vida, mi calor,
prendido a tu cuerpo,
¿ardiendo o extinguido?
sólo tu lo sabes, yo aquí,
recordando, muriendo,
amor que estás viviendo
susurra en mi oído tu perdón,
oh mi musa como te amé,
talvez te amo, ¿cómo te quise?
con timidez,
si nada dije he aquí mi confesión,
toma mi alma mi dolor, oh mi dama
no olvides a este tonto que te ama,
o te amó, recuerda que en el cielo
puse estrellas con tu nombre
que oyeron esta confesión

Versos para Amanda parte I

Aún resuena tu voz en mi cabeza, un eco disonante y eterno me carcome y a la vez me llena, me amansa, me marchita, y ahí estás, es tu voz, como la luna y el cielo, oscura y profunda, oscura y sangrante. Aún resuena tu voz en mi cabeza, no puedo olvidarte, no puedo alcanzarte ¿me quemará acaso tu abrigo?, tan profundo frenesí, tan amargo sabor, se abre el cielo y las estrellas se bañan con la sangre.

Donde estrellas cayeron?
del cielo sobre su pecho,
ya tan lleno de otros sabores,
otras lunas, otras estrellas
¿Dónde están pues sus colores?

Doy un paso hacia tus labios
y te alejas como el viento,
-oh mi dama, mi dulce dama,
¿Dónde quedó tu hombre
después de tanto fuego?

¿Cuán dulce será el crepúsculo de tus labios, cuán amargo el pensar en ella?, la dama de mirada esquiva, la musa de tan pálido seno, ¿dónde está tu mano, tu rriego?, llenando un lago de muerte, ¿y luego?
Con la misma mirada, esa profunda y lacerante, me forjaste a fuerza de dolores en las andanzas de la soledad, y presto que me olvidaste, presto que sucumbí, y aquí bajo blanco paño, llorandote, amandote sin freno.

¿Dónde quedó tu mano silenciosa?,
¿las caricias que nunca fueron?,
sólo llantos inmutables
que jamás pasaron por risa,
en tí sólo una brisa
que se esfumo con tu partir.

¿Cuán largos los días sin verte?,
cual si fuesen siempre tuyos,
y en tu oscura eternidad
yo no puedo navegar,
sólo un paso, un crepitar
de mi alma en su final.

Aún habitas mis recuerdos y mi presente, con tus manos, tu cintura estrecha, oh, cuanta belleza en ti y yo tan lejos de verte, con mis ojos bendados fuí hacia ti, con mis manos atadas fuí hacia ti ¿cuán lejos estabas que no entendiste, cuan poco te amé que no lo viste?

Tanta flor murió sin llegar a tus manos, más la flecha y el corazón si llegaron a tus dedos, Artemisa de mi vida tiende tu arco ahora antes que luego, dame pronto con tan cruento proyectil, ¡que sin ti no ves que muero!, se justa, paciente y pía, que si este mal no ocurriese y yo no fuese tu presa, pues sería tu esclavo en mi esclava vida.

¿Dónde quedó el te quiero de tus labios?
¿acaso está muerto y enterrado?
allá en en el cielo puse el mío
y de estrellas coronado,
siempre que estrellas veas
ahí está un te quiero por cada una
y un silencio en la inmensidad.